División de la cosa común

 

 

Cuando en una partición de herencia se adjudica a varios coherederos un bien inmueble indivisible desde el punto material, nacen los conflictos entre parientes. Muchos se preguntarán cuál es el cauce legal para poner fin a las disputas a falta de acuerdo y con ello que cada heredero vea realizados sus derechos sucesorios.

La regulación de la acción de división de cosa común se encuentra en el Código Civil. Según el artículo 400 del Código Civil español, cualquier copropietario puede solicitar la división de la cosa común en cualquier momento, a menos que se haya acordado un plazo mínimo de indivisión.

La acción de división de cosa común es un procedimiento legal que se utiliza cuando existen bienes que son propiedad de varias personas en común y desean poner fin a esta situación de copropiedad. En términos generales, implica la partición o distribución de los bienes entre los copropietarios de manera equitativa. El procedimiento puede llevarse a cabo de dos maneras: la división física del bien en partes proporcionales o la venta del bien y distribución de los ingresos obtenidos entre los copropietarios.

En el caso de un bien indivisible físicamente que se ha heredado por dos personas, y uno de los herederos realizó mejoras en él que contaron con el consentimiento de los padres mientras vivían, la situación puede ser más compleja. En España, la regulación de la división de bienes hereditarios se encuentra en el Código Civil y puede haber variaciones según las legislaciones autonómicas.

En principio, cuando un bien es indivisible físicamente, como una casa, y existe múltiples herederos, se busca llegar a un acuerdo entre ellos para determinar cómo se realizará la división o distribución del bien. Si no se alcanza un acuerdo, cualquiera de los copropietarios puede solicitar la venta judicial del bien y la posterior distribución de los ingresos obtenidos.

En cuanto a las mejoras realizadas por uno de los coherederos, generalmente se considera que estas incrementan el valor del bien. Sin embargo, la forma en que se tenga en cuenta su impacto depende de varios aspectos. En algunos casos, las mejoras pueden ser consideradas «mejoras útiles» o «mejoras necesarias», y el heredero que las realizó podrá tener derecho a ser compensado por su inversión al momento de la división o venta del bien.